El 23 de enero 2024 – Zara, en colaboración con BASF – la productora de química más grande del mundo – ha declarado sus éxitos creando un nilón hecho íntegramente de residuos de textil. Hasta ahora, nadie antes había creado una prenda de nilón de este tipo, creado totalmente de fibras pre-utilizadas.
Esta trayectoria ha puesto la marca de Zara en la cima de la innovación sostenible, pero en realidad, Zara tiene una vivencia muy compleja que se encuentra relatada con “greenwashing”. ¿Sera que esto es un avance científico que significa un cambio en el carácter de Zara, o es simplemente un ingenioso truco para eclipsar las acusaciones históricas?
Loopamid es este nuevo producto que permite el reciclaje de textil a textil, e incorpora la reutilización de residuos post-consumos y postindustriales. Además, los materiales pueden reciclarse una y otra vez, por el momento, no parece ser que el proceso tenga un punto final. La creación demuestra que la circularidad real es posible en la industria de moda. ¿Sera que Zara solo esta siguiendo lo que los otros estan haciendo? ¿O que Zara solo está utilizando el BASF nombre para mejorar su imagen?
Es sierto que Zara ha tenido una relación escabrosa con su estrategia de sostenibilidad. La marca Zara es considerada como la primer minorista de moda rápida, y se refleja con la rapidez de su producción. La estadística de que lograron llevar a cabo la venta de un producto de diseño en un lapso de 15 días, ha sido evidenciada en mente de la mayoría del público. Su colección “Join Life”, lanzada en 2016, ha sido calificada como un esfuerzo superficial por alinear sus prácticas con los esfuerzos de sostenibilidad. Y su tono de marketing, a lo largo de los años, ha sido un objeto de burlas, ya que han utilizado palabras como “ecológico” y “ético” con una libertad peligrosa.
Inditex, la empresa matriz de Zara, ha hecho muchas declaraciones sobre su intención de ser más sostenible. Su sitio web explica algunos de sus objetivos. Mientras que la declaración de que para 2040 pretenden lograr cero emisiones netas de carbono, otras afirmaciones parecen muy vagas en su lenguaje. Por ejemplo, se han comprometido a utilizar únicamente fibras textiles “preferidas” para 2030, así como a “mejorar” la biodiversidad en 5 millones de hectáreas. Desde una perspectiva cínica, el lenguaje alberga ciertos escenarios.
Sin embargo, el problema es que estos compromisos no son más que ruido, si se tiene en cuenta el propio modelo de negocio de Zara – un modelo de negocio con el objetivo de producir y vender grandes cantidades de productos a un precio barato.
Al reflexionar de nuevo, la colaboración con BASF parece una conexión inusual. En un mundo dominado por la marca, el nombre y la imagen, hoy en día las colaboraciones se basan menos en la sinergia y más en el beneficio mutuo. BASF necesita a Zara por su nombre mundialmente reconocido, su consolidada base de consumidores y su incomparable capacidad para vender a nuestro público actual. Por su parte, Zara necesita a BASF para validar su estatus como un proveedor sostenible y acabar con las voces críticas de la prensa.
Aunque esta nueva chaqueta es una creación notable, y hace un guiño a un futuro creativo más circular, es clave distinguir por qué el nombre de la marca Zara está asociada con el producto. Los logros y la innovación están muy bien, pero eso no significa que debamos ignorar otras prácticas tanto de Inditex como de Zara que siguen siendo muy preocupantes.
Written by Hebe Street from GLITCH Magazine